lunes, 28 de septiembre de 2009

Obras robadas del Museo del Grabado.




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"Músicos españoles" y "La Verónica", de Norah Borges, son dos de las más de 500 obras que fueron extraviadas del Museo del Grabado en el 2006.

lunes, 14 de septiembre de 2009

A más de un año del robo de los Berni.

Se llevaron 15 obras de Berni en un robo sin precedente

Asaltaron en Vicente López el camión que las transportaba.

Por Gabriel Di Nicola
De la Redacción de LA NACION

Muy pocas personas tenían conocimiento de que 17 obras de arte de Antonio Berni iban a ser trasladadas del depósito de Carapachay, en Vicente López, a la casa del hijo del artista, en la Capital. Era información confidencial. Pero el dato se filtró y el camión que trasladaba los cuadros fue asaltado por al menos dos delincuentes armados, que, simulando ser policías a cargo de un operativo preventivo, se apoderaron de 15 de las piezas transportadas, de significativo valor cultural y económico.

El hecho tuvo características espectaculares y sin precedente en el país, tanto por la audacia de los ladrones como por la cantidad y la importancia de las obras robadas. Ocurrió ayer, a las 7.45, cuando el camión Mercedes-Benz 720 de Delmiro Méndez e Hijo SA, especialmente equipado para el traslado de obras de arte, fue interceptado en Mariano Moreno y Echeverría, a unos 200 metros del depósito, por dos hombres que, armados y vestidos con prendas similares a las utilizadas por la Policía Federal, descendieron de un Volkswagen Gol gris plata, según informaron fuentes del Ministerio de Seguridad bonaerense. Las obras robadas son: La metamorfosis del pájaro azul (1930, óleo sobre tela); La muerte acecha en cada esquina (1932, óleo sobre tela); Barrancas (1934, óleo sobre madera); La mayoría silenciosa (1972, polimatérico sobre madera); Aeropuerto (1976, acrílico sobre tela); Promesa de castidad (1976, acrílico sobre tela); La olla azul (1959, óleo sobre hardboard); Los rehenes (1969, óleo sobre tela); La zapalera (1961, óleo sobre tela); La leñerita (1954, óleo sobre tela); La casa roja con techo azul (1954, óleo sobre tela); Cristo en el garage (1981, óleo sobre tela); Juanito y los cosmonautas (1962, díptico polimatérico sobre madera); El carnaval de Juanito Laguna (1960, óleo collage sobre tela), y Ramona de fiesta (1966, construcción polimatérica).

En 2005 Adrián Gualdoni Basualdo y Sonia Decker, directores de CONSULTAR/dgb, tasaron cinco de las obras robadas ayer en 1.100.000 dólares: La metamorfosis del pájaro azul , en US$ 200.000; La muerte acecha en cada esquina , en US$ 200.000; Promesa de castidad , en US$ 200.000; Cristo en el garaje, en US$ 200.000, y El carnaval de Juanito Laguna , en US$ 300.000.

"Entiendo que son obras invendibles en el mercado local. Supongo que el tema pasará más por una negociación de rescate con la compañía de seguros", especuló Gualdoni Basualdo. Especialistas en arte calificaron el robo de inédito, porque no recordaban otro hecho en el que se sustrajeran obras de arte a mano armada.

"Los delincuentes hicieron un saqueo del patrimonio cultural argentino. Es imposible que puedan comercializar las obras robadas. Creo que se equivocaron, querían robar otra cosa y se encontraron con los cuadros de mi padre. Es como si un delincuente quiere raptar a alguien de dinero y, por equivocación, secuestra a Ingrid Betancourt. Seguramente la dejaría libre en seguida. Lo mismo tendrían que hacer con las obras", afirmó a LA NACION José Antonio Berni, el hijo del artista, quien apenas se enteró del robo se comunicó con el secretario de Cultura de la Nación, José Nun, y con gente del Programa de Protección del Patrimonio Cultural, dependiente del Departamento Interpol de la Policía Federal.

Nun dijo que solicitó a la SIDE y a Interpol que "sellen" las fronteras para impedir que las pinturas salgan del país. Fuentes de la Aduana informaron que se emitieron dos alertas: una nacional, y otra internacional.

Pasado mañana, el hijo de Berni se iba a reunir con Guillermo Alonso, director del Museo de Bellas Artes, para conversar sobre la posibilidad de hacer una muestra.

Las obras de Berni se vieron envueltas en otras situaciones conflictivas tras la muerte del artista. Sus hijos y herederos, José Antonio y Lily, se repartieron la obra de su padre en partes iguales. La mujer no tuvo suerte y fue estafada por alguien de su entorno. Sólo pudo recuperar los cuadros que le correspondían cuando ganó un juicio.

En el camión de Delmiro Méndez e Hijo SA, empresa que desde principios del siglo pasado trabaja en el traslado y el depósito de obras de arte, viajaban los empleados Claudio Guassardi, Carlos Varela y Martín Sáenz.

"Estoy muy dolido por lo que pasó, pero no quiero hacer especulaciones. Muy poca gente sabía lo que se trasladaba y los empleados se enteran de que lo que tienen que llevar en el momento. La información no salió de la empresa", sostuvo a LA NACION Lucio Méndez, uno de los propietarios de Delmiro Méndez e Hijo SA.

Los delincuentes ordenaron a los empleados de la empresa, situada en Mariano Moreno 4361, en Carapachay, a llevar el camión a Hipólito Bouchard y Echeverría, a pocos metros de la colectora de ruta Panamericana. Ahí, la otra parte de la banda delictiva, esperaba en un camión.

"Los ladrones obligaron a Guassardi, Varela y Sáenz a colocar los cuadros en el otro camión, mientras, los falsos policías, circulaban en el Gol gris, como vigilando que no hubiera contratiempos y que no llegara de sorpresa la policía", afirmó una fuente policial.

Desayuno y dinero

Mientras el camión con los cuadros se iba en dirección desconocida, los falsos policías se llevaron a los empleados a dar unas vueltas por la zona y los abandonaron en Lamadrid y Drago, en Villa Adelina.

"Los delincuentes invitaron a los empleados a desayunar, pero ellos rechazaron la propuesta", recordó Lucio Méndez. Antes de desaparecer, los ladrones les dejaron dinero a los sorprendidos trabajadores: unos 3000 pesos, según algunas fuentes.

Según información que le entregó la empresa de rastreo satelital a la familia Méndez, el camión de la firma estuvo en Bouchard y Echeverría desde las 7.45 hasta las 8.28.

Ante la policía, según voceros del Ministerio de Seguridad bonaerense, los empleados declararon que los ladrones utilizaron vestimenta similar a la que suelen usar brigadas de civil de la Policía Federal y dijeron que la patente del Gol gris podría ser CZO o CZE, con el número no hay dudas: 531.

Una fuente de Interpol explicó a LA NACION: "Los ladrones van a tener mucha dificultad en comercializar las obras. Quizá pensaron estar ante un negocio muy importante, pero pronto se darán cuenta de la imposibilidad de vender las obras. Tarde o temprano, los cuadros serán recuperados".

Apuntes

Un artista cotizado

  • Los diez valores más altos de Berni en subastas que se realizaron entre 1996 y 2007 totalizaron ventas por US$ 3.831.500, según datos de CONSULTAR/dgb.

Oleos y collages

  • Se trata de óleos Los emigrantes (1956) subastado a US$ 552.500; La fogata de San Juan (1943), a US$ 468.000; Susana y el viejo (1931), a US$ 288.500; y los tres óleos El coronel golpista (1966) a US$ 168.000. Los collages fueron Ramona espera (1962), a US$ 717.500; La gallina ciega (1973), a US$ 607.500; Ramona y la adivina (1976); a US$ 241.000; Juanito Laguna dormido (1972); a US$ 178.500; Juanito bañándose (1974), a US$ 167.500; y el acrílico Chelsea hotel (1977), a US$ 442.500.


Fuente: La Nación. Domingo 27 de Julio del 2008.

Robo en el Museo de la Casa Rosada.

Otro robo en un museo histórico, esta vez en la propia Casa Rosada

Esta vez se llevaron dos relojes, ambos de oro, y una lapicera de pluma laminada en oro. Las reliquias habían pertenecido a tres presidentes argentinos. Alerta general en todos los museos.

Por Carlos Rodríguez

El robo de objetos de valor histórico –sobre todo relojes– y de obras de arte se ha convertido en una moda. Esta vez los ladrones llegaron más lejos que en anteriores ocasiones, porque violaron la seguridad a pocos metros del despacho del presidente Néstor Kirchner, en el sector de la sede gubernamental donde funciona el Museo de la Casa de Gobierno, con entrada por la calle Hipólito Yrigoyen 219. Esta vez se llevaron un reloj chalequero, otro pulsera, ambos de oro, y una lapicera de pluma laminada en oro. Las reliquias habían pertenecido a tres presidentes argentinos: los relojes a Nicolás Avellaneda y Agustín Pedro Justo, y la lapicera a Roberto Marcelino Ortiz. La seguridad interna general, en la Casa Rosada, le corresponde a la Casa Militar, pero el área donde está el museo, en el subsuelo del palacio de gobierno, está al cuidado de una agencia privada de seguridad. Ahora se realiza un inventario para saber si han desaparecido otros objetos, a la vez que se declaró el “estado de alerta general” en los museos históricos del país, para tratar de frenar la onda nostalgiosa que parece embargar a los ladrones de guante blanco.

La denuncia por el robo fue realizada a las 14 del jueves pasado, luego de que un empleado del museo se diera cuenta de la ausencia de los tres objetos, durante el desarrollo de una visita guiada. En la causa interviene la jueza federal María Romilda Servini de Cubría, que ordenó el secuestro de las cintas de las cámaras de seguridad que hay en el museo. También pidió el listado completo de los empleados públicos del lugar y de los que dependen de la empresa de seguridad. El museo de la Casa Rosada es uno de los pocos lugares de la administración pública nacional donde hay una planta estable, no atada a los vaivenes políticos.

En el museo, los objetos de mayor valor son las bandas y bastones presidenciales, sobre todo los atributos que usó, en su segunda presidencia, el general Julio Argentino Roca –de triste recuerdo por las matanzas de indios en el sur–, ostentosas, llenas de diamantes y de hilos de oro. De todos modos, se estima como “muy alto” el valor de los dos relojes que pertenecieron a Nicolás Avellaneda y a Agustín P. Justo. De Avellaneda se recuerda que en su juventud fue periodista y que, como presidente, soportó la primera huelga de la historia, realizada en 1877 –vaya paradoja– por la Sociedad Tipográfica Bonaerense. Justo, militar y político, llegó a la presidencia de la Nación en noviembre de 1931, apoyado por la dictadura gobernante, en una elección que quedó registrada en la historia como la del “fraude patriótico”.

Fuentes allegadas a la investigación del robo en el museo señalaron a este diario que sería “fácil de vender y de buena cotización” la pluma fuente que perteneció a Roberto M. Ortiz, un radical antipersonalista que se enfrentó al líder de su partido, Hipólito Yrigoyen, y que por ese motivo apoyó el golpe militar de 1930. Ortiz asumió la presidencia en 1937. Ayer por la tarde, expertos de la Policía Federal hicieron una inspección general, acompañados por personal del museo, para determinar “si se habían robado otros elementos”. La tarea todavía seguía anoche. En el museo hay objetos de todas las épocas, desde el sillón presidencial de Santiago Derqui, hasta un tintero de bronce modelado a principios del siglo pasado por la escultora tucumana Lola Mora. El tintero se usó en incontables ceremonias oficiales.

“La tarea es minuciosa, porque se están tomando huellas y reuniendo elementos para tratar de dar con los responsables del robo”, comentó una fuente policial. La denuncia del robo fue realizada por la directora del Museo, Nancy Echegaray, previa notificación a la Secretaría General de la Presidencia. La jueza Servini de Cubría es asistida por personal de la comisaría 2ª. La Secretaría de Cultura de la Nación resolvió poner en “estado de alerta general” a los museos históricos del país, atosigados por los robos. La medida fue tomada por el director nacional de Museos, Américo Castillo, que justificó la decisión recordando los recientes robos de objetos y documentos que pertenecieron, entre otros, al ex presidente Bernardino Rivadavia y al general Manuel Belgrano.

Fuentes oficiales confirmaron que el museo de la Rosada es vigilado, durante el día, por una agencia de seguridad privada, mientras que a la noche no quedan serenos, aunque hay cámaras de seguridad que registrarían todos los movimientos. Todo hace pensar que los autores del robo serían personas relacionadas con coleccionistas dedicados al contrabando del patrimonio histórico-cultural. Por esa razón se puso en alerta a la Red de Intercambio de Información (RILO), que depende de la Organización Mundial de Aduanas y que está integrada por las aduanas de 171 países.

Fuente: Pagina/12. 1º de Noviembre del 2007.

Devuelven 3 obras de las 17 robadas en 1980 al MNBA.

Imagen: Recodo del Camino, de Cézanne.

El regreso de tres cuadros robados

Se trata de obras de Gauguin, Renoir y Cézanne, que la Justicia francesa entregó a la Argentina. Son parte de las 17 piezas robadas en 1980. Desde mañana, se exhibirán en una sala especial.

Por Pedro Lipcovich

La historia de la recuperación de los cuadros que, en 1980, habían sido robados del Museo Nacional de Bellas Artes se parece más a un Cézanne que a un Gauguin, es decir: tanto o más que por lo que muestra, vale por lo que sugiere. El hecho, preciso como las pinceladas de Renoir, es que ayer el cuadro de Cézanne, el de Gauguin y el de Renoir fueron restituidos por el juez federal Norberto Oyarbide a la institución damnificada, que a partir de mañana las exhibirá en una sala especial. En la historia se destaca la presencia de un “especialista en recuperar obras de arte perdidas” llamado Julian Radcliffe (con antecedentes laborales en los servicios secretos británicos), quien –según el testimonio de un ex director del museo– ya hacía cinco años conocía el paradero de las obras de arte robadas. Por ese entonces, el “especialista” solicitaba del gobierno argentino una recompensa de 700.000 dólares, que no se efectivizó. Las obras estaban en poder de dos hermanos taiwaneses. El especialista volvió a localizarlas y logró la restitución, por la cual se limita a solicitar un “honorario” de 90.000 dólares. Más oscura aún es la historia del robo en sí mismo, por la cual circula el recordado nombre de Aníbal Gordon –vinculado con los servicios de la última dictadura militar– y que incluiría un descanso de dos décadas del expediente en un juzgado equivocado.
Los cuadros Recodo del camino, de Paul Cézanne, El llamado, de Paul Gauguin, y Retrato de mujer, de Pierre-Auguste Renoir, forman parte de un conjunto de 17 obras robadas del Museo Nacional de Bellas Artes el 26 de diciembre de 1980. El juez Oyarbide los recibió hace diez días en Francia, de la jueza de instrucción Fabienne Pous, y acompañó personalmente su traslado a Buenos Aires. Para lograr la restitución intervino la agencia Art Lost Register, dirigida por Julian Radcliffe, quien habría localizado los cuadros cuando un ciudadano taiwanés llamado Arthur Lung intentó venderlos en una galería de París. El resto de las piezas robadas estarían todavía en poder de Lung y su hermano, en Taiwan.
Jorge Glusberg, ex director del Museo Nacional de Bellas Artes, contó a este diario que “en mayo de 2001, recibí carta de un señor Julian Radcliffe: sabiendo que yo iba a ser curador en la Bienal de Venecia, me proponía que nos encontráramos allí para hablar de las 17 obras que en 1980 habían robado del Museo. No acepté encontrarnos en Europa. Tuve miedo porque yo conocía, a medias, la historia del robo de esas obras. Le propuse encontrarnos en el Museo y ante testigos. Al mes siguiente, viajó a Buenos Aires. Pedí informaciones sobre él en la embajada inglesa y me dieron antecedentes fabulosos: su empresa estaba prácticamente auspiciada por las grandes galerías de arte: Christie’s, Sotheby’s. Es cierto que estos grandes vendedores no son exactamente buenos chicos; en todo caso, este señor es su referente para recuperar obras robadas. Después supe que Radcliffe había trabajado en los servicios de inteligencia británicos: de ahí que su embajada insistiera en que a él podíamos contarle todo”.
“Radcliffe me ofreció restituir las obras, pero pidió una recompensa del 20 por ciento del total, cuyo valor, según tasaciones internacionales documentadas, era de 3.500.000 dólares –continuó Glusberg–. Yo presenté la cuestión ante la Cancillería argentina y se decidió no pagar. Radcliffe vino dos veces más por el mismo motivo; en una de ellas contrató abogados de un estudio porteño muy prestigioso. El decía que las obras las tenía un asiático, cuyo nombre no dio. Cuando nos negamos a recompensarlo, pidió quedarse con una de las 17 obras, lo cual tampoco fue aceptado porque son patrimonio nacional.”
Según el juez Oyarbide, quien tomó declaración a Radcliffe en París, el titular de Art Lost Register “admitió haber solicitado una recompensa en su momento, pero se limitó a pedir 90 mil dólares en concepto de honorarios” por haber localizado las obras.
En cuanto a la historia que conoce “a medias”, la del robo en sí, Glusberg se negó a ampliarla. Oyarbide se limitó a admitir una posible vinculación con la causa de Aníbal Gordon –quien dirigió un grupo de tareas durante la dictadura y después delinquió por cuenta propia– y vinculó esta posibilidad con el hecho de que “un juez de instrucción tuvo la causa durante casi 20 años, pese a que era evidentemente un caso federal”.

Fuente: Pagina/12. 24 de Noviembre de 2005.

martes, 8 de septiembre de 2009

Obras de arte robadas.

¿Qué hacer ante el robo de una obra de arte?

En el caso de que hayas sido víctima de un robo o hurto de una obra de arte o bien cultural, tenés que dejar el lugar del hecho intacto para que la policía pueda levantar posibles rastros dejados por el delincuente; después, sigue la denuncia en la Dependencia Policial que corresponda a tu domicilio. También podés solicitar la publicación o pedido de secuestro del objeto en la base de datos de Interpol. Para llevar a cabo este último paso, debes...
-Imprimir el formulario correspondiente al objeto robado y completar sus datos.
-Acompañarlo con una fotografía del mismo (si es posible) o con una descripción lo más detallada posible.

Luego, debés remitir al departamento de Interpol, ya sea personalmente o a través de las autoridades policiales que intervinieron en el hecho, la documentación necesaria (certificado de denuncia, fotografía, forumlario).
Es importante recordar que como acción primera para la lucha contra el robo y tráfico de bienes culturales, los museos públicos y privados y los coleccionistas particulares deben poseer inventarios detallados y actualizados con fotografías de los objetos que conforman su colección.

Fuente: Interpol Argentina.